Recientes

viernes, 20 de marzo de 2015

La sexualizacion precoz


¿Está desapareciendo la infancia? ¿Estamos presionando a nuestros niños y niñas para vivir en un mundo adulto, especialmente en lo que respecta a la sexualidad? Estos temas preocupan a padres y a educadores, por lo que conviene analizarlos cuidadosamente. Es verdad que los niños tienen acceso a información sexual explícita, en especial a través de TV, pero no creo que esto sea la raíz del problema. Durante toda la historia de la humanidad, los niños han estado en contacto muy directo con las realidades vitales, incluida la sexualidad. Padres e hijos convivían frecuentemente en la misma habitación. Fue la sociedad urbana y acomodada del siglo XIX la que impulsó la idea de una infancia angelical cuya pureza había que proteger. La misma sociedad que se estremeció de horror al oír hablar a Freud de sexualidad infantil.

Lo peculiar de la situación actual no es ese contacto prematuro, sino el mundo adulto con el que entran en contacto. Lo que conocen es una sexualidad hipertrofiada, exagerada, obsesiva, compulsiva. No recuerdo qué novelista inglés dijo que estábamos tomando la pornografía por realidad, y convirtiéndola en un referente cotidiano, olvidando la desmesura, la brutalidad y la discriminación femenina que proclama. Nuestros niños y adolescentes reciben la imagen de que los adultos somos unos salidos que no pensamos en otra cosa, y nos copian. Anuncios, películas, revistas, programas de TV configuran un imaginario social erotizado como parte importante â??y esto es lo novedoso- de una cultura del consumo.

No podemos comprender los comportamientos sociales, nuestra estructura económica o nuestros sentimientos, si no nos percatamos de que las sociedades avanzadas están compuestas, ante todo, por consumidores. Nuestra sociedad se basa â??incluso económicamente- en la continuada incitación al deseo. Ni siquiera tiene mucha relevancia su satisfacción, porque lo imprescindible es volver a estar de nuevo en â??estado deseanteâ??, es decir, excitado. Lo importante es estar sediento. Como la misma palabra indica, el consumo consuma el deseo, pero consume - es decir, anula- el bien deseado, que es necesario reponer una y otra vez. Todo tiene que convertirse en efímero, trivial y sustituible, porque en esta sustitución está el núcleo de la experiencia. No importa el tener, sino el comprar. Los adultos nos hemos vuelto ansiosos â??estamos llenos de ansia y de ansiedad- y eso se lo hemos transfundido en vena a nuestros niños y niñas. Una vez convertido el sexo en artículo de consumo, ¿cómo no van a querer consumirlo? Algunos se extrañan de que en una sociedad muy poco represiva -como la nuestra en la actualidad- , la prostitución aumente sin cesar. Este fenómeno sólo se entiende si se interpreta la prostitución como una oferta más de la sociedad del consumo. Hay que consumir de todo y cada vez en mayores cantidades.

La sexualizacion precoz

Esta situación está perjudicando a las niñas, y mantiene una discriminación machista. Hace pocos años, en un libro que tuvo gran éxito en EEUU, Mary Pipher alertó sobre un hecho inquietante. Nuestras niñas entran precozmente â??en una cultura más peligrosa, más sexualizada y más influenciada por los medios masivos de comunicación. Se enfrentan a presiones increíbles para ser bellas y sofisticadas. Al tiempo que navegan en un mundo más peligroso, las jovencitas de hoy están menos protegidasâ??. Resulta que todavía sigue vigente la vieja queja de Simone de Beauvoir: â??Las muchachas dejan de ser y comienzan a parecerâ??. O, como expresó con frase genial: â??Las muchachas, que son los sujetos de sus propias vidas, se convierten en los objetos de otras vidasâ??.

Esta situación, en vez de mejorar, ha empeorado en los últimos años. Encuestas recientes en centros de enseñanza secundaria demuestran que permanecen vivos los esquemas machistas, y que son aceptados sin más por las chicas, instaladas en una estrategia de la seducción física, que reproduce las relaciones asimétricas de antaño. Corrobora esta impresión un documentado informe que acaba de publicar la American Psychological Association, una institución de gran prestigio. Se titula Report on the sexualization of Girls. Es un estudio sobre â??la sexualización de las niñasâ?? y los variados modos como las perjudica esta moda cultural. Los investigadores comienzan definiendo el término. Hay â??sexualizaciónâ?? cuando alguien es valorado sólo por su atractivo sexual, con exclusión de las demás características; o es visto como objeto de uso sexual. Muestran que los niños están siendo imbuidos de una sexualidad adulta. Las niñas están siendo animadas a parecer sexys, incluso antes de que sepan realmente de qué se trata. Incluso sus muñecas lo son hasta la ridiculez.

Crecen, dice el informe, en un medio cultural saturado de mensajes sexuales. Adoptan poses, actitudes y modos de comportarse propios de mujeres adultas. Los concursos infantiles son grotescos, por no decir obscenos, como nos ha contado la deliciosa película â??Pequeña Miss Sunshineâ??. Sometidas a estas presiones, las niñas pueden aprender a dar más importancia a ciertos premios (la atención de los chicos) que a otros más convenientes para ellas (los resultados académicos), y eso limita su futuro y sus oportunidades. Hay, además, evidencias claras de que las niñas expuestas a esta sexualización precoz experimentan con más frecuencia insatisfacción hacia su propio cuerpo, y lo que, al llegar a la adolescencia, las inclina a pensar en la cirugía como la gran solución de sus vidas. Todo esto fomenta actitudes machistas en su entorno. Se está produciendo una peligrosa confusión. Muchas chicas consideran que la mayor demostración de su libertad y autonomía es someterse a patrones machistas, lo que en general acaba volviéndose contra ellas.

La American Psicological Association propone algunas medidas para resolver este problema. Casi todas tienen que ver con la educación, a través de la familia o de los centros educativos. solo una estrecha colaboración entre ambas Instituciones â??la familia y la escuela- puede resultar eficaz. Además, los adultos deberíamos darnos cuenta del efecto que producen nuestros comportamientos. En muchas ocasiones somos â??colaboracionistasâ?? sin saberlo. El afán consumista, la trivialización de la sexualidad, el fomento de actitudes adultas en niñas pequeñas, la tiranía de la belleza, colaboran a esa sexualización precoz. Conviene que respetemos el tiempo de la infancia, y que no introduzcamos en esa edad nuestras ansiedades adultas.


sexualizacion precoz

Relacionados

0 comentarios

No hay comentarios. ¡Sé el primero!

Publicar un comentario