Microsoft lanzó el Surface Pro 3 en Mayo de 2014, y la acogida ha sido tan positiva que la compañía se ha animado a presentar una nueva versión. Un año después, a Surface le sale un hermanito que quiere convencerte por el diseño y la potencia, pero también por el precio. Lo hemos probado.
Surface 3 es una versión más asequible (desde 599 euros / 500 dólares) y pequeña de la tableta original. Pero asequible no significa barato en sí mismo. Microsoft ha mantenido los buenos acabados y ha tratado de embutir la máxima potencia posible en el pequeño cuerpo del Surface 3. El resultado es el bloc de notas en esteroides que yo hubiera querido tener cuando iba a la universidad.
Diseño
El Surface 3 es idéntico en apariencia a la Pro 3 que conocemos, solo que lógicamente más pequeño. El acabado es también igual de bueno, con una carcasa de magnesio recubierta de una capa cerámica mate para protegerla de arañazos. Se agradece que Microsoft no haya escatimado en materiales a la hora de rebajar el precio del equipo. La apariencia sigue siendo la de un producto premium, bien diseñado, y mejor terminado.
El Surface 3 recorta la diagonal de las 12 pulgadas del Surface Pro 3 a 10,8. ¿Se nota mucho? Pues la verdad es que no. Lo que pierde en diagonal lo gana en ligereza (622 gramos). La carcasa no es especialmente fina (8,7 mm) pero Microsoft asegura tener una buena razón para ello: seguir dejando hueco a un puerto USB 3.0 tradicional. Le acompañan un Mini Displayport, el MicroUSB para carga, y una entrada de auriculares. Aparte de las conexiones inalámbricas habituales, el Surface 3 también soporta Miracast para vídeo inalámbrico.
La pantalla tiene 1920 x 1280 píxeles de resolución. El dato de altura es un poco diferente a los 1080p tradicionales debido a la relación de aspecto, que es 3:2 en vez de 16:9. La razón de esto es, de nuevo, hacer que el Surface 3 tenga un formato lo más parecido posible a un bloc de notas. Comparada con el Surface Pro 3 que conocemos (la de teclado azul oscuro en la imagen sobre estas líneas) lo cierto es que no se aprecia peor calidad. La pantalla tiene buenos ángulos de visión, es brillante, y los colores se ven estupendos.
El último detalle interesante a nivel de diseño es el pie que permite utilizar el Surface 3 como un portátil. En lugar del sistema adaptable en cualquier ángulo de la Pro 3, el soporte del Surface 3 solo tiene tres posiciones. Aún así, se nota muy sólido. También tiene un sistema de seguridad que hace que, si forzamos a mala leche el soporte hacia atrás, las bisagras se sueltan para no sufrir daño. Basta que lo devolvamos a su posición original para que recupere la compostura.
Configuraciones
El Surface 3 lleva un procesador Intel Atom X7 de cuatro núcleos a 1,6GHz. Se trata del primero de la familia X7 perteneciente a la nueva generación Cherry Trail de procesadores de bajo consumo que no necesitan ventilador. El dispositivo saldrá al mercado doméstico en dos variantes: una con 2GB de RAM y 64GB de memoria para almacenamiento, y la otra con 4GB de RAM y 128GB de espacio. Habrá una tercera versión más asequible con 2GB de RAM y solo 32GB de almacenamiento orientada a la educación. También habrá versión con LTE.
En todos los casos, Surface 3 vendrá con Windows 8.1 actualizable a Windows 10 en cuanto esté disponible. Las empresas podrán solicitar Windows 8.1 Pro 64, pero su licencia es más cara. Todos los modelos vendrán con un año de Office completo gratis.
Es complicado valorar el funcionamiento del nuevo Atom X7 en el poco tiempo que nos dejaron con el dispositivo. Es posible, por ejemplo, abrir toda la suite Office y trabajar con ella sin que se aprecie retardo. Los menús de Windows 8.1 también funcionan con agilidad y las aplicaciones se abren en un plazo muy razonable. No obstante, es de esperar que cuando instalemos aplicaciones más glotonas como Photoshop, el rendimiento no sea tan bueno. Para ese tipo de trabajo está precisamente el Surface Pro 3, cuyos chips Intel Core i3, i5 o i7 están orientados a usuarios que demandan un rendimiento más alto.
Surface 3 lleva dos cámaras, una principal de 8 megapíxeles con autoenfoque, y una frontal de 3,5 Mpx. No hemos tenido ocasión de probarlas a fondo, pero pintan muy bien para un dispositivo cuya función principal no es sacar fotos.
Accesorios
El amor por los detalles de Microsoft se traduce en los accesorios. El teclado del Surface Pro 3 ya era fantástico. El de la esta nueva tableta solo se diferencia en que tiene menos márgenes en los laterales. Las teclas siguen teniendo el mismo recorrido y son amplias. También son lo bastante sólidas como para que acertemos con la pulsación aunque no demos exactamente en el centro.
Otro detalle estupendo es que los anclajes magnéticos pueden fijarse con los ojos cerrados y son fuertes. Podemos levantar el Surface por el teclado, dejar la tableta colgando solo sujeta con los anclajes magnéticos y no se cae. Pese a esta resistencia, separar el accesorio es tan sencillo como ponerlo.
Lo único que le cambiaría es el touchpad, que lo encuentro demasiado pequeño, pero también es cierto que teniendo una pantalla táctil, el que exista un touchpad es ya una concesión , no algo que vayamos a terminar utilizando muy a menudo salvo para tareas específicas. Por supuesto, todo lo bueno tiene su precio, y el del teclado del Surface 3 es 129 euros. Es bastante caro, pero merece la pena.
Acompañando a la tableta encontramos el stylus que ya conocemos del Surface Pro 3. El dispositivo no tiene hueco en el que albergarlo. Se lleva sujeto a la tapa o al teclado, como si fuera una libreta.
En febrero de este año, Microsoft compró N-Trig, que es la compañía detrás de la tecnología del Stylus del Surface Pro 3 y también de esta nueva Surface. Se dice que Microsoft gastó en torno a 200 millones de dólares en la operación, y cuando utilizas el stylus entiendes por qué. Soy particularmente aficionado a utilizar lápices electrónicos con tabletas, y prácticamente todos fallan en una cosa: el paralaje. Cuando tocas la pantalla con la punta, el lugar donde aparece el trazo está ligeramente desplazado respecto al punto exacto donde pulsamos. No es un fallo terrible, pero es muy irritante si estamos tratando de hacer dibujo técnico con precisión o a la hora de escribir.
El stylus de N-Trig compensa automáticamente la posición para que el punto donde tocas con el lápiz y el punto donde aparece el trazo siempre coincidan. El resultado es una escritura fluida y muy agradable. Si eres de los que tomas muchas notas a mano o añades gráficos y dibujos a tus apuntes, hay muchas posibilidades de que Surface 3 te enamore.
Un último detalle en el que más de una marca falla inexplicablemente: el cargador. El del Surface es muy pequeño, así que no nos estorbará en los viajes. En realidad la tableta se carga mediante MicroUSB,así que cualquier cargador de móvil nos serviría, solo que la carga será mucho más lenta. Si utilizamos el que viene con la tableta, de 13 vatios, la carga completa tarda algo menos de tres horas. La autonomía, según Microsoft, es de 10 horas en reproducción de vídeo. Si se confirma es una cifra muy buena.
Primeras conclusiones
El Surface 3 saldrá a la venta el 7 de mayo a un precio que comienza en los 599 euros para su versión más básica (teclado aparte). Son 200 euros/dólares por debajo del Surface Pro 3 más barata. La idea de Microsoft es que Surface 3 sea la tableta Windows para todos, y desde luego tiene encantos para lograrlo. Su precio no es nada desproporcionado, y ofrece todo lo que ofrece un PC de escritorio Windows, pero en un formato muy ligero y cómodo de llevar.
Salvo para usuarios muy concretos que demandan una potencia elevada, el Surface 3 es ideal como portátil para llevar a todos lados. Como bloc de notas, no encontrarás nada más versátil. No puedo evitar sentir una punzada de envidia por los estudiantes de hoy que pueden tener acceso a dispositivos como este. Hacer la carrera hubiera sido mucho más cómodo con una de estas bajo el brazo.
Redactado por: Anónimo
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