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sábado, 4 de abril de 2015

Mitologia Argentina: Antiguas historias y leyendas 2da parte


Bueno, esta es la continuacion de este post

http://www.taringa.net/posts/info/18575176/Mitologia-Argentina-Antiguas-historias-y-leyendas.html

ya que me faltaron bastantes cosas para poner en aquel post, pero no las puse porque me parecio que quedaba muy largo. Empezemos


Mitologia Argentina: Antiguas historias y leyendas 2da parte


mitologia

Leyenda de la flor Mutisia

Argentina

Hace mucho tiempo, en la zona del volcán Lanín, existían dos tribus enemigas irreconciliables que guerreaban a menudo y se guardaban mucho rencor.
Un día, el joven hijo del Cacique de una de las tribus y la hija del Cacique de la otra se enamoraron locamente. Pero dado el intenso odio que existía entre las familias, no podían tratarse a menudo y verse abiertamente.

Una oscura noche, la machi (hechicera), vigilaba junto al rahue (altar) mientras se realizaba el Nguillatún. De repente rompió el silencio el graznido del pun triuque (chimango de la noche). La machi se estremeció, pues sabía que ese era un grito de mal presagio.
Miró a su alrededor y escuchó un ruido sospechoso. Observando atentamente, vió a la querida hija del cacique que escapaba sigilosamente con el hijo del cacique enemigo. En ese momento la machi se dio cuenta que ese era el peligroso suceso anunciado por el pájaro agorero.

La machi creía que esa acción merecía ser castigada, pero antes de comunicar al padre la fuga de su hija, consultó con el pillán o deidad de su devoción: â?? ¿Debo o no dar parte de rapto al padre de la niña ?
Sí contestó el Pillán.
La machi corrió al toldo del cacique y delató la fuga. Enseguida se escuchó por segunda vez el alarmante grito del pun triuque.
El padre, muy enojado, ordenó la persecución y captura de los enamorados que pronto fueron apresados, juzgados y condenados a muerte.

Ambos jóvenes fueron atados a un poste y con lanzas y machetes todos se arrebataron contra ellos dándoles la más cruel de las muertes.
A la mañana siguiente, los ejecutores de este bárbaro crimen, quedaron asombrados al ver que en el lugar del suplicio de los jóvenes enamorados, habían nacido unas flores de pétalos anaranjados nunca vistas.

¡Quiñilhue! â?? gritaron los primeros que la vieron, y con ese nombre, â??quiñilhueâ?? se conoce la flor que produce una enredadera que se abraza y trepa por los árboles, como se abrazan los jóvenes enamorados.

Avergonzados y arrepentidos, los mapuches empezaron a venerar esa flor llamada Mutisia por los blancos. Las almas de los jóvenes amparados por la Futa Chao en el país del cielo, se amaron por siempre mientras esa delicada flor de pétalos rojos nos recuerda el martirio de los jóvenes dado por los hombres injustos.

Mutisia: Flor provincial. Hermosa enredadera de hojas siempre verdes con forma de lanza y grandes flores circulares.


Ten-Ten Vilú y Cai-Cai Vilú

Mitologia Argentina

La leyenda Argentino-Chilena cuenta que Ten-Ten Vilú y Cai-Cai Vilú una vez fueron humanos, Ten-Ten era el hijo del Pillán (Dios) más poderoso, llamado Antu. Quien ya había solucionado sus problemas con su rival Pillán, llamado Peripillán, padre de Cai-Cai.

Los hijos de los Pillánes aún no se sentían a gustos con el tratado de paz después de la gran guerra, por lo que intentaron seguir con lo que habían comenzado sus padres, pero fueron detenidos y castigados por ellos, transformándolos a cada uno en una Serpiente, que tendría como objetivo eterno proteger la tierra y sus seres (de parte de Ten-Ten) y el mar con sus seres (de parte de Cai-Cai).

Llego un momento en que los humanos (a cargo de Ten-Ten) no agradecieron y maltrataron el mar, que Cai-Cai les permitió utilizar, por lo que este desato su ira en contra los humanos, usando su cola creo inmensas olas que arrasaron con la tierra y todo lo que estaba en ellas, por lo que Ten-Ten apareció para proteger lo que le habían designado, haciendo crecer las montañas y salvando o convirtiendo humanos, se enfrento en una gran batalla contra Cai-Cai.


Leyendas argentinas

La batalla finalizo con el retroceso de Cai-Cai, volviendo a su sueño submarino y dejando en paz la tierra, con la idea de que los humanos habían aprendido la lección, Ten-Ten volvió a su montaña enterrándose y siendo salvaguardada en agradecimiento por los humanos que había salvado.

Mikilo

historias

Deidad conocida en las provincias argentinas de La Rioja, Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero y Salta, según se cuenta es esquivo y poco sociable, se lo reconoce por su grito ululante, casi como un lamento en la noche, deja una pisada desconocida, que se parece a la de un gallo.

Algunos lugareños lo describen como un animal demoníaco, que tiene la mitad de cuerpo humano, y la otra como de perro y patas de gallo, manos enormes y una larga cola emplumada, no siempre ataca a los hombres, comúnmente los espía.

El huraño Mikilo cambia de fisonomía cuando quiere. Los catamarqueños aseguran que vuelan al ras de la tierra y los tucumanos los describen como un hombrecito de ojos fosforescentes que, con garras de buitre en lugar de pies, roba a los bebés.

Los salteños creen que el Mikilo es así porque, no habiendo cumplido un pacto hecho con Zupay, el diablo, éste lo castigó volviéndolo un monstruo que ahora llora su desventura y se desquita con los seres humanos.


El Yasiyatere

Mitologia Argentina: Antiguas historias y leyendas 2da parte

Tal el nombre de un pajarito que vive en las selvas del nordeste argentino, cuyo silbido monótono se oye al amanecer y anochecer.

En noches de luna, en Enero, se oye un silbido: yateré...yateré... cada vez más cercano, cada vez más fuerte; entonces, las madres cuidan de no dejar solos ni un sólo momento a sus hijos pequeños.
Es un criatura de entre 2 y 6 años, de cara bonita, rubio, ojos azules o amarillos, sin orejas. Tiene un olor muy fuerte y desagradable.
Rapta niños que encuentra solos al mediodía o a la siesta. Sólo se lleva a los varones,Yasiyatere borrando el bautismo a las mujercitas, por lo general las deja pues tienen el pelo tan largo como él. Lame sus frentes para quitarles el bautismo. Al rato de jugar un rato con ellos, los abandona envueltos en lianas y enredaderas, y los niños quedan mudos, atontados presa del su encantamiento.
Todos los años, para el aniversario del rapto, los chicos sufren ataques de epilepsia, para curarlos hay que bautizarlos de vuelta, cosa que no siempre funciona.


Kurupí

mitologia

En la mitología guaraní, Kurupí es uno de los monstruos legendarios, quinto hijo de Tau y Keraná.

Tiene la apariencia de un hombre más bien bajo, fornido, muy moreno retacón y extremadamente feo con manos y pies velludos. No posee coyunturas, por lo que su cuerpo es de una sola pieza. En algunas versiones tiene los pies hacia atrás por lo que es muy difícil seguirlo. Sin embargo su principal característica es su enorme y larguísimo pene que lleva enrollado a la cintura, el cual usa para atrapar a sus víctimas.

Sus ataques a las mujeres solas que se aventuran por la selva por leña son mucho más agresivos y crueles que los de su hermano Yasy Yateré. El Kurupí viola y mata a sus víctimas. Sin embargo, su mayor diversión es raptar a las vírgenes, quienes desaparecen misteriosamente para regresar encintas y listas para parir a los siete meses. Los hijos de Kurupí mueren al séptimo día por un extraño mal. También se dice que con sólo verlo, las mujeres se vuelven locas.

Kurupí es el genio de los animales silvestres, especialmente de los sementales. No abandona nunca la selva donde reina con el poder de su sensualidad, excepto para raptar a sus víctimas.

Una forma de huir de este engendro es cortándole el pene, con lo cual se vuelve inofensivo. Otra opción es treparse a un árbol, ya que al carecer de articulaciones no podrá subir.


Cuervo de tres patas

Argentina

Esta criatura esta presenten tanto en la mitologia argentina, como en la mitologías y artes folclóricas de regiones como Asia, Asia Menor y el Ã?frica del Norte. La criatura tambien se encuentra presente en la mitología egipcia, donde aparece en murales, llamado Zent. También ha sido encontrada en monedas antiguas de Licia y Pamphylia.

En mitos de Asia del este, la Criatura comúnmente es asociada con el sol .

También, se ha encontrado algunas figuras parecidas al mismo en la cultura maya y azteca.

El Silbón

Personaje de la mitologia venezolana, tambien presente en Argentina y otros paises de america latina.

Según la leyenda, consiste en el fantasma de un joven que asesinó a su padre y lo destripó por haber asesinado a su esposa diciendo que era una "mujerzuela" y que se lo había buscado. Tras este hecho, su abuelo mandó a atar al joven a un poste en el medio del campo, a destruirle la espalda a latigazos, que sus heridas fueran lavadas con agua ardiente, y a liberarlo junto a dos perros hambrientos y rabiosos. Antes de liberarlo su abuelo lo maldijo y condenó a portar los huesos de su padre por toda la eternidad.

Tiene un silbido característico que se asemeja a las notas musicales do, re, mi, fa, sol, la, si, en ese mismo orden, subiendo el tono hasta fa y luego bajando hasta la nota si. Se dice que cuando su silbido se escucha muy cerca no hay peligro, ya que el Silbón está lejos, pero si se escucha de lejos significa que está muy cerca. También se dice que escuchar su silbido es presagio de la propia muerte. Puede estar en cualquier sitio en cualquier hora. Tal parece que si se siente el silbido de lejos lo único que puede salvar a la persona es el ladrido de un perro, ya que es lo único que le aterra, un ají o un látigo. El ánima suele vengarse de los hombres mujeriegos.


El Kakuy

Mitologia Argentina

Este cucúlido, el Nyctibius griseus cornutus (Vieillot), es un ave de rapiña, nocturna, denominada Kakuy y Túray por los quichuas, Urutaú por los guaraníes, la Vieja y Mae da luna por los brasileños.

Según Alberto Vúletin en â??Zoonimia Andinaâ?? la pronunciación correcta es cácuy porque es onomatopeya del canto de esta ave de la familia de las Caprimulgidae.

Cuenta la historia que dos hermanos vivían en el monte. La hermana era mala y el hermano era bueno. El le traía frutos silvestres y regalos, pero ella le correspondía con desaires y maldades. Un día él regresó de la selva cansado y hambriento, y pidió a su hermana que le alcanzara un poco de hidromiel. La mala hermana trajo el fresco líquido, pero antes de dárselo lo derramó en su presencia. Lo mismo hizo al siguiente día con la comida. El hermano decidió castigar su maldad. La invitó una tarde a recoger miel de un árbol que estaba en la selva. Fueron allí y el hermano logró que ella trepara a lo más alto de la copa de un quebracho enorme (para algunos era un mistol, para otros un algarrobo). El, que subió por detrás, descendió desgajando el árbol de modo tal que su hermana no pudiera bajar. El muchacho se alejó. Allí quedó la joven, en lo alto, llena de miedo. Cuando llegó la noche, su miedo se convirtió en terror. A medida que pasaban las horas, comenzó a ver, horrorizada, que sus pies se transformaban en garras, sus manos en alas y su cuerpo todo se cubría de plumas. Desde entonces, un pájaro de vuelo aplumado, que sólo sale de noche, estraga el silencio con su grito desgarrador -¡"Turay", "Turay" !- : ¡"Hermano", "Hermano" !.

Otra leyenda (Lehmann-Nitsche) nos habla de que el dios Sol, personificado en un gallardo mancebo, enamora a Urutaú, hermosa doncella. Luego de seducirla se va. Convertido en el astro viajero se instala en el firmamento. Desesperada en su dolor y en su abandono, Urutaú sube a un árbol muy alto, y allí se queda para mirarlo siempre. Cuando el sol desaparece por el horizonte, Urutaú llora con desesperación su ausencia, y lanza gritos desgarradores. Recupera su calma cuando su amado surge nuevamente por el oriente.

El nombre kakuy ha sufrido varias evoluciones, así cacuy, kacuy, etc., nosotros hemos adoptado la utilizada por Bernardo Canal Feijóo en su trabajo Mitos perdidos (1938).


El Ucumar

Leyendas argentinas



Es un ser con apariencia de hombre petiso y panzón. [El Ucumar] Tiene el cuerpo todo cubierto de pelos con manos y pies muy grandes. Se dice que posee una fuerza extraordinaria y que sus gruñidos ensordecen. Se lo ha visto en la zona de pedemonte, por lo que se piensa que vive en cuevas de las montañas.
En Salta, se intentó ubicar a los ucumari conocidos como los únicos osos de Sudamérica, que habitaron, según se cree, hace miles de años. Tenían un collar blanco y todas las características de los úrsidos europeos o de Norteamérica. También se cree que el oso de anteojos, difundido en parte de América del Sur pudo haber sido el inspirador de este particular ser mitológico. [Oso de anteojos]

El Dr. Manuel Lizondo Borda, en su Estudio de las, Voces Tucumanas, (Derivadas del Quichua), explica así este vocablo: "Llamábase así a un hombre casi bestial, feo, peludo, que vivía en los montes tucumanos, hace varios anos, y que ocupó mucho la atención pública hasta que fue preso por las autoridades: Se le atribuían raptos de muchachas. (Con este nombre se asustaba a los chicos, para quienes significaba algo así como el monstruo)".

Ucumar: es voz quichua y aymara y significa en ambos idiomas: Oso.

Con sus constantes aportes, el señor Marcelo Mirabal, de Jujuy, nos envió esta versión un tanto distinta de las oídas hasta el momento, diciendo que en la zona de las Yungas es muy conocido el Ucumar, al que también se le llama â??UKUMANâ??. En este caso, disintiendo con Lizondo Borda, enuncia que proviene de la voz quichua y quiere decir â??cuerpo, parte material de un ser animadoâ??. Eso es lo que era : sólo un cuerpo. Un cuerpo horrible sin alma aparente. Las cosas tan feas tienen prohibido rondar por el abanico de los sentimientos. Y era mujer, cubierta de pelos negros, largos, sucios, duros, pero elásticos. De las líneas de su rostro sólo se destacaban dos ojos pequeños, intensos, oscuros y hundidos. Los pelos que le nacían en la frente caían sobre la nariz y la boca, separados apenas por bufidos y manotazos a uno y otro lado. La boca era un tajo enorme y baboso, y los dientes salidos, aislados unos de otros, cada cual con su propio ángulo.
Si tenía senos o no era cuestión de polémica entre los habitantes de la aldea, mitad selva mitad andes.
Cuando nació, su padre quiso ahogarla. La madre, la protegió entre sus brazos y no la abandonó nunca. Tuvo más amor por el pequeño monstruo que por sus cinco hermosos hijos anteriores. Por su celo y por su pena fue quedando sola y enfermó. Mientras agonizaba, con más fuerza que nunca abrazó y miró a ese cuerpo extraño que ella había parido.

Arrancaron de su cuerpo, rígido ya el engendro que bramaba y aullaba. Quiso la suerte que fuera arrojada a un rincón de la enorme choza, hasta tanto se cumplieran los ritos funerarios con la madre. Cuando regresaron los hermanos y el padre sin saber que hacer, entre los murmullos de la otra gente, la encontraron acurrucada y lanzado sonidos extraños, como si llorara. No fue por misericordia que salvo la vida, Se había miedo en la choza.

Como no se le veían órganos genitales, pero sus piernas se manchaban de rojo cada luna, fue la â??ucumaraâ??.

Se hizo enorme, hosca y gruñona y al parecer, temerosa.

Uno de los hombres de la aldea, de su mismo tiempo, entre crepúsculos y soledades se acercaba furtivo a la aldea- choza con creciente asiduidad. No temía ni lo inmutaban los gruñidos y saltos ostentosos con que la â??ucumaraâ?? retribuía sus visitas, que eran breves, pero tensas. Un día le arrojó frutas y otro día un trozo de carne humana. La tribu devoraba a los prisioneros de guerra y el dueño del enemigo muerto era el dueño del banquete. La â??ucumaraâ?? comió y no dejó restos. Estaba entendido entonces que apreciaba el obsequio y por consiguiente el hombre lo repitió tantas veces como pudo, recibiendo en pagos gruñidos más suspirados, saltos menos agresivos.

Un día la aldea en pleno se encaminó al río distante, para cumplir la ceremonia anual de adoración a la creciente tumultuosa y atronadora que traía el deshielo de las cumbres blancas. El hombre regresó, eligiendo rincones para no ser visto y luego de una lucha feroz, violó a la â??ucumaraâ??.

A partir de entonces su hosquedad fue total y su furia aumentó. Odió a los hombres y mundo circundante. Las piedras de su choza desaparecieron, arrojadas con increíble fuerza contra todo ser viviente que se aproximara.

Cuando no tuvo más piedras, huyó.

Regresó una tarde tormentosa y raptó a su violador sin que nadie se atreviera a detenerla, menos aún la víctima, vencida su resistencia a golpes y arrastrado de una pierna por los peñascos y huaycos hasta la pétrea guarida donde, imaginamos, llegó mas muerto que vivo. Allí tuvo que elegir entre la vida y las nupcias: escogió el amor, y por un tiempo su ritmo fue el ritmo de la â??ucumaraâ?? que, ya grávida y desconcertada, con el abdomen hinchado y palpitante, pensaba más en sí, que en su complaciente prisionero. Un día creyó encontrar oportunidad, cuando el monstruo gemía con los dolores del parto.

Huyó de la caverna, rápido y temeroso, pero la â??ucumaraâ?? entre rugidos y dolor, lo alcanzó. Le arrancó la cabeza y arrastró el cuerpo de su amor hasta la caverna. Entre llantos y convulsiones se lo comió.

Poco después nació otra UCUMARA, toda cubierta de pelos, negros, duros, pero elásticos, de la cabeza a los pies. Amamantó a su hija, le enseñó a comer carne roja y cuando el retoño ya cazaba con sus manos, con un rugido del alma, murió de muerte sencilla y se fue al cielo de los monstruos, en la paz de la montaña.

La leyenda se bifurca a partir del nacimiento del UCUMAR . Una vertiente afirma que el llanto del monstruo, por la muerte de su madre, era tan fuerte y desgarrados que llegó a los oídos de Wiracocha â?? espuma de mar- dios blanco de largas barbas rubias que gobernaba el Cuzco ( El Imperio Inca se extendía desde Peru hasta casi el centro de Argentina ) y para calmar su pena, le prometió la inmortalidad. Otro venero mitológico sostiene que Wiracocha se presentó al ucumar y para castigarlo por sus crímenes y lascivia, le dio la vida eterna vagando por los cerros y selvas. Así también lapidan a los violadores sobre quienes pendía la permanente amenaza de ser devorados por el ucumar.

La leyenda, de origen peruano, está muy difundida en Salta y Jujuy. En nuestra provincia se ubica al monstruo en los departamentos de San Pedro y Ledesma rondando los ingenios azucareros. La imaginación popular lo hacía prisionera o accionista de uno de ellos.


Chonchón

historias

El Chonchón, Chon-chon, Quilquil o Tué-tué es una criatura perteneciente a la mitología mapuche, y posteriormente asimilada a las mitología chilena y de algunas regiones de Argentina.
Cuenta la leyenda que el chon-chon es una presencia maligna y muy temida en las zonas rurales de Chile y parte de Argentina. El miedo a esta criatura se debe a que ésta sería realmente un Calcu (mapuche que practica el mal con espíritus), o una bruja o brujo poderoso que conoce el secreto de los Calcu sobre al misterioso poder de volar transformados en el temido Chon-chón.

El Calcu o el brujo/bruja realizaría la transformación en Chon-chón untándose una mágica crema en la garganta.

Esta mágica crema haría que se le desprenda la cabeza del resto del cuerpo, adquiriendo esta un plumaje, garras afiladas y grandes orejas que se transformarían en alas para poder volar; y si lo desea y es poderoso, incluso podría realizar una transformación completa para adquirir la forma de una especie de búho o lechuza. Así podría dejar el cuerpo en su casa y realizar fácilmente sus actividades malígnas.

En el caso de los brujos o brujas, al momento de comenzar el vuelo además recitarían la siguiente frase Sin Dios ni Santa María, con lo cual el diablo les otorgaría más poder, para así lograr esta transformación; pero si por equivocación recitan otras palabras, sufriría una gran caída.

Al transformarse el Calcu dejando su cuerpo en su casa, debe siempre recordar que es necesario tener otro mágico ungüento para volver a su forma humana. Si se le perdiera, ocultara o destruyese su ungüento, el Chonchón volaría en picada hacia el suelo para matarse, ya que no soportaría el destino de quedar transformado para siempre en Chonchón; y en el suelo solo quedaría el cadáver de una lechuza o búho.

La transformación a Chonchón la realizarían siempre de noche, aunque su presencia sería delatada por su fatídico y temido grito de "tué, tué". El principal objetivo de la transformación en Chonchón sería para obtener agilidad para moverse. Mediante esta forma se dirigirían hacia las reuniones que realizarían estos tipos de calcu o brujos/brujas. Igualmente como Chonchón recorrerían los lugares donde desearía hacer daño o enfermedad, revoloteando alrededor de la casa, o en el peor de los casos entraría a la habitación del enfermo, donde lucharía con el espíritu del enfermo; para que este no pueda protegerse y así el Chonchón pueda tranquilamente chupar su sangre; lo que al poco tiempo podría ocasionar la muerte del enfermo si no se actuara rápidamente. Es por ello que cuando los campesinos escuchan el gritos persistentes de tué, tué, significa que el odiado Chonchón ha salido a anunciar que se puede producir una futura muerte de algún ser querido.


Nahuelito

Mitologia Argentina: Antiguas historias y leyendas 2da parte

Nahuelito es una supuesta criatura acuática desconocida que, según la creencia popular, habita en las aguas del lago Nahuel Huapi,1 cuerpo de agua dulce de origen glaciar destacable por sus 557 km² de superficie y 464 m de profundidad máxima conocida, compartido por la provincia del Neuquén y la provincia de Río Negro, ambas situadas en la Patagonia argentina.

Al igual que Nessie, su equivalente escocés, recibe su nombre del cuerpo lacustre que supuestamente habita, aunque su existencia nunca ha sido confirmada, a pesar de las búsquedas sistemáticas realizadas y la aparición ocasional de fotografías y videos de dudoso origen o fuente publicadas en medios de comunicación regionales

El origen de la leyenda actual se cree que remonta a relatos indígenas previos al periodo de la conquista de América. Los primeros exploradores obtuvieron de los nativos del lugar leyendas acerca de encuentros ocasionales con monstruos acuáticos.

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